(Grajan)
He visto infinidad de artículos donde se mencionaba la importancia de los emprendedores en estos momentos de fragilidad económica. Esos emprendedores muchas veces omitidos, olvidados y rechazados son los que supuestamente deben sacarnos de la crisis.
¿Por qué?
Porque el emprendedor es un rol que representa la fuerza, el trabajo, la ilusión, el ímpetu, la paciencia, el equilibrio y por supuesto la lucha constante. La proliferación en estos momentos de emprendedores haría mucho más liviana la crisis y sería un punto de inflexión en el desplome económico.
En los momentos malos la sociedad se acuerda de las buenas ideas, de la innovación, del potencial latente, del rendimiento futuro.
¿Por qué?
Porque el emprendedor está acostumbrado a que nadie le ayude, que le rechacen, que no le ofrezcan financiación y que lo vean como un pobre infeliz con una idea sin futuro.
Cumple perfectamente lo que hoy en día se necesita, no hay financiación, la gente está preocupada por lo suyo, nadie te oye pero son maravillosas las ideas que proporcionen beneficios en un futuro.
El emprendedor debe ser apoyado independientemente de la coyuntura económica, de todas formas estoy seguro que la petición a los emprendedores de revitalizar la economía se hará desde la lejanía y sin el ánimo de colaboración necesario.
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