Con 20 años y 100 euros prestados por su padre, decidió abrirse camino en el negocio de la harina. En un viaje a Italia descubrió el trigo duro como base para para hacer pasta, en lugar del trigo blando que se venía utilizando hasta entonces en España, convirtiéndose en el introductor de este nuevo tipo de harina en el país. Pero como los elaboradores de pasta eran reticentes a la sémola de trigo duro, en 1995 adquirió la fábrica ''El Gallo'', una compañía productora de pastas, y empezó a elaborar la suya propia, incentivando a los agricultores para que sembrasen trigo duro, financiándoles él mismo su siembra.
Al poco tiempo llegó a ser líder en el mercado, con 100.000 clientes directos. Tras su fallecimiento, los hijos gestionan la empresa, manteniéndose el liderazgo en base a sus tres principios básicos de calidad, servicio y precio, apoyados por una buena estrategia publicitaria.
Calidad: el trigo duro mantiene un mayor valor nutritivo que el blando, y además, ofrece una mayor resistencia a la cocción, de manera que permite que la pasta quede ''al dente''. En la actualidad comercializa más de 70 tipos de pasta alimenticia.
Servicio: siempre mimó su completa red de distribución, atendiendo cualquier pedido en 48 horas.
Precio : siempre ha vendido sus productos de marca Gallo a un precio superior a la media del sector, ofreciendo calidad.
Publicidad : invierte un porcentaje elevado de sus ventas en sus campañas y cada dos años convoca un concurso de ideas en base a dos identificadores; ser didácticas y contar con personajes famosos.
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